12 de marzo de 2012

The show must go on

Vivir es un ejercicio de malabares. Coges tus estudios o tu trabajo y lo lanzas al aire. Mientras gira en el aire, coges tus hobbies, tus aficiones y las lanzas también. Coges a tu familia y lanzas. Los amigos... y aaaarriba. Cuidado, que el trabajo está cayendo... lo recoges en el aire y vuelves a lanzar, que no caiga nada, todo en continuo movimiento, todo en el aire girando. Los problemas económicos, las relaciones personales, las tareas domésticas, compromisos varios, vacaciones planeadas, familia, amigos, trabajo, dinero, hobbies, ocio, y vuelta a empezar. Todo girando, todo en el aire. Equilibrio, concentración, atención, dedicación...


Como puedas, pero todo tiene que estar en el aire, siempre, no puedes abandonar nada. Y mientras mantienes todo girando y volando, mientras los ojos no te dan para vigilar los movimientos de todo, ni las manos te dan casi para recoger y volver a lanzar en la dirección adecuada y con la fuerza precisa, mientras, tienes que sonreir, bailar, moverte, hacer gestos al público, ser simpático y dar sensación de seguridad, dar la sensación de que no te va a caer nada.

De repente, ¡ay! lo rocé con los nudillos, se me escapó y al suelo. Sonrisa, un gesto al público, guiño, suspiro cómico, y volver a lanzarlo al aire. The show must go on. Vivir es un ejercicio de malabares... y no puede parar.


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