21 de julio de 2010

Objetivos en la vida: ¿Impulso o lastre?

La vida se construye mano a mano,
paso a paso, eslabón a eslabón...

Un cubo lleno de eslabones de hierro, sólo sirve para dos cosas. Primero para construir una cadena, aunque para eso tendremos que colocar un eslabón detrás de otro y soldarlos. Mientras no formen una cadena y queramos darle una utilidad inmediata, sólo sirve de lastre.

Hay un tipo de personas (entre la que quizás me incluyo) que no quieren pasar por la vida sin más, sólo viviendo el día a día de cualquier forma, como dicen algunos "sin pena ni gloria". Que no se conforman con ir a remolque de los demás, de las modas, del comercio, de los colegas. Toda esta gente que se preocupa de su propia vida, de sacarle el máximo jugo, necesita además de vivir intensamente el hoy, planear el futuro. No es incompatible. El "vive sólo el presente" es una visión cobarde y limitada en la que se instalan algunos quizás para no rendir cuentas a los compromisos.

Pues los que nos preocupamos por vivir intensamente hoy y mañana, nos planteamos objetivos. Tenemos sueños, queremos cosas y algunas llegan a alcanzar el status de "objetivo", es decir, "voy a por eso, hasta lograrlo". Viajar a un sitio, formar una familia, conseguir el puesto de trabajo, terminar una carrera, ir a vivir allí, regresar con los míos, construir una casa... son algunos de los "grandes objetivos" que se planean habitualmente. También hay objetivos algo menores que no por ello son menos importantes.

Como en todo, creo que el secreto de la felicidad está en los equilibrios. A veces, nos cargamos tanto de objetivos, queremos hacer tantas cosas, nos gustaría viajar a tantos sitios, terminar tantas carreras... que en una vida no es posible. O sí es posible, pero sacrificando otras cosas muy importantes. Hay que elegir.

Nosotros tenemos que ser los dueños de nuestros objetivos. No permitir que ocurra al contrario, que nuestros objetivos nos dominen a nosotros. Entonces se convierten en un lastre importante que causa infelicidad, ansiedad, frustración. Hay que ser conscientes de que no cumpliremos todos nuestros sueños, quizás sólo muy pocos. Lo importante es seguir teniendo sueños e ilusiones, que vienen bien y son necesarias. Pero sobre todo, disfrutar, sacar felicidad y compartirla de los momentos de cada día, esos momentos en los que nos ilusionamos, esos momentos en los que estamos trabajando por un objetivo, esos momentos en los que desconectamos de la presión de nuestros objetivos, momentos en los que reímos por ver cerca ese objetivo cumplido, ese momento en el que nos lamentamos por renunciar a ese otro objetivo.

No debemos vivir atenazados por nuestros objetivos, no cumpliremos muchos. Pues eliminamos, nos creamos otros, mantenemos alguno importante... El que todo lo quiere, al final, vive amargado por no tener todo. Hay que valorar y conformarse con el pequeño paso de cada día. A esto se refiere el "vive el día a día". Proyecta tu futuro, repartelo en días, y vive cada día. Disfruta de cada etapa, cada compañía, cada persona, cada momento, cada ciudad, caminando hacia tu futuro y tus objetivos. Y cuando mires atrás (que también hay que hacerlo) verás que no has alcanzado todas las cumbres, que podías haber llegado a más, sí... pero algunas cumbres sí las has hecho, y sobre todo... que has sido tremendamente feliz en el camino. Y por el camino, has hecho feliz a mucha gente.

Vivir es lo más peligroso que tiene la vida. Eso es la vida vivida intensamente.


Puedo soñar, ¿no?

http://open.spotify.com/track/1UrkUYrnRUdonf0Ict0wLi

http://www.youtube.com/watch?v=V80dW1flxoM

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